Se cuenta, que por allá hace unos dos mil años… hubo un burro que se creyó que los vítores y las palmas, se debían a su entrada a Jerusalem y no a la de Quien iba sobre él…
Era un Domingo de Ramos…
Aquel burro despistado se perdió en la historia para tomar el lugar que le correspondía, desde luego la tarea que le fue encomendada resultaba todo un honor, pero pronto recordó aquella recomendación de; “solo soy un siervo inútil solo he hecho lo que tenía que hacer…”
El problema en el caso de la actual España, es que a diferencia de aquel burro… han pasado cinco siglos y sigue autocelebrándose con bombo y platillo haciendo caso más que omiso de aquella recomendación, por no decir mandato.
Lejos de reconocerse como un siervo inútil que solo sirvió para llevar la palabra de Dios al Nuevo Mundo, se ha olvidado casi por completo de aquella Palabra viva, ahora incluso la persigue ferozmente a nivel gobierno, medios y no poca gente de la sociedad de a pie, todo lo contrario…
En cambio se apropia y se viste de la gran hazaña de unos hombres, de los sueños de fe de otros tantos, y de la sencillez de unos y el miedo de otros… todos hombres que sin embargo, tenían algo en común, y es que nunca más volvería a pisar su tierra, todo en cumplimiento de un mandato…
Dios sabe como se las arregla para hacer llegar su Buena Nueva. Y así como hace dos mil años no eligió a los mejores hombres, a los más preparados o a los más influyentes de aquella sociedad, sino que al contrario, escogió de entre pescadores incultos y malhablados, publicanos y gente llana, a aquellos que una vez transformados por La Gracia, se iban a encargar de transformar al resto de la humanidad, al menos a quien se dejara…
Fue así que llegaron a tierras americanas los primeros verdaderos héroes, los que sí dejaron su tierra, abnegados y viviendo únicamente de su Fe en Cristo.
Se cuenta que Hernán Cortés se postró a besar los hábitos de esos primeros clérigos delante de los indios para así mostrar la dignidad de éstos, no por ellos, sino por lo que representaban…
El mensaje fue bien captado por la mayoría y el resto es historia…
A partir de ese momento, la gente llana con sus simples sueños de vivir según podía, con sus anhelos y necesidades de comer, de amar, y de morir cubiertos de una tierra nueva, por si su vocación quería escapar… fueron forjando una nueva tierra a veces híbrida, a veces no, pero en todos los casos una tierra de Dios.
Resulta pues, más triste que vergonzoso, que ya es decir; contemplar el grotesco espectáculo de una nación que se olvida de su Dios pero no de vanagloriarse con sus palmas y con sus ramos, que se olvida de sus hijos pero no de sus méritos si bien en el fondo ni siquiera cree en ellos.
Sin embargo eso sí, se los apropia de manera vergonzosa y no pierde ocasión de vestirse con ellos para malgastar esa herencia y arrastrarla por las calles de Madrid.
Y es que no existe mayor deshonra, que hacer caravana con sombrero ajeno…
Martín Garatuza
En tanto que me jodéis
he de terminar partiéndoos la face
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