Todo pasa y todo queda… decía el poeta, pero también dijo que lo nuestro era pasar. Lo que ya no recuerdo si dijo, o si al menos lo pensó, es que a veces se pasa de mal en peor. Muchos se alegrarán de la salida del Donald Trump de la presidencia de los Estados Unidos, pero…
Independientemente de la incidencia que el voto mexicano pueda tener o no en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, una cosa es clara. Y es que ni los que votan ni los que no, suelen darse el tiempo para pensar.
Ni tampoco para felicitar…
Diría que el mal del siglo XXI y de todos los siglos anteriores y los que acaso vengan, Dios mediante, es justamente ese; el no darnos el tiempo para pensar.
Y no es que yo piense, solo observo y solo de lejos. De lejos como se veía venir que si México ya se había librado de forma cómoda del siempre incómodo gobierno de los EE.UU. esto duraría poco, llegaría a su fin.
El no pensar tiene sus consecuencias y en esta ocasión parece que serán funestas. De haberlo hecho nos hubiéramos preparado con tiempo, o dado el poco o nulo poder que tenemos, por lo menos el no celebrar la victoria de un candidato que dará al traste con todo de lo poco que estaba mejorando; la capacidad de generación eléctrica de la Comisión Federal de Electricidad.
Sin entrar en la discusión acerca del calentamiento global y la cada vez más cansina propaganda sobre el uso de las energías renovables, debería de existir un consenso al menos en un solo punto; y es que a México le viene fatal, y a la CFE le viene peor, incluso peligra.
O peor aún, por que desde comienzos del s.XX la generación de electricidad forma parte de uno de los pilares de la soberanía de cada país. México genera la mayor parte de electricidad con combustibles fósiles, gas y carbón principalmente, lo que expone al país a recibir sanciones por no cumplir ahora si, los acuerdos de París sobre el cambio climático. Dado que esto es una realidad el país desde ahora está también expuesto a imposiciones sobre materia energética aun sea una cuestión totalmente doméstica, o más bien lo era.
Donald Trump siempre fue un defensor de la industria del carbón, aunque de todos modos hay algo que es cierto, y es que no iba a ser eterno, de modo que el siguiente párrafo extraído del Plan de Acción de América del Norte sobre la Alianza del Clima, Energía Limpia y Medio Ambiente, vuelve a ser prioritario.
La Alianza del Clima, Energía y Medio Ambiente de América del Norte fue anunciada por el Primer Ministro Justin Trudeau, el Presidente Barack Obama, y el Presidente Enrique Peña Nieto el 29 de junio de 2016, en la Cumbre de Líderes de América del Norte en Ottawa, Canadá. Este Plan de Acción identifica los resultados y las actividades que los tres países deben alcanzar y realizar como parte de esta alianza duradera.
Una alianza en donde ni México ni Canadá pintan nada, más allá de aportar los recursos necesarios incluído los monetarios y acatar. Sencillamente el poder es de EE.UU. y nada más. ¿Ven lo que decía sobre la Soberanía?
En cuanto a felicitar y celebrar… En la medida de lo posible, siempre es mejor evitar hacer el tonto…