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Claudia Mollinedo y Lady Racista: La doble cara de la indignación en tiempos de privilegio

La presentadora de Imagen TV, Claudia Mollinedo subió un video a su cuenta de Instagram —que luego borró— quejándose indignada porque, después de pagar 25 mil pesos, la “echaron” de un restaurante a la 1:30 de la mañana como si ella y sus amigas fueran “criminales” según sus propias palabras

Según ellas, sufrieron una injusticia mayúscula Pero ni por un segundo se les cruzó por la mente que los trabajadores del restaurante también estaban fuera de su casa a esa hora, que tenían familia, derecho al descanso y una vida fuera del trabajo.

Esta señora parece vivir en una burbuja donde pagar más le otorga derechos ilimitados y donde los demás deben renunciar a los suyos. Exhibió públicamente a un trabajador honrado, simplemente por hacer su trabajo: cerrar el lugar en tiempo y forma.

Hasta aquí, solo hemos hablado de una arrogancia típica del clasismo que se siente con derecho a todo. Pero entonces recordé a otra figura, Lady Racista. Al menos ella tuvo la valentía de defender lo que creía que eran sus derechos o al menos quitarse de una costosa multa, cosa que hacemos todos. Todo esto en un momento difícil de su vida: llena de deudas, agobiada y con el futuro incierto en que es muy fácil perder los estribos. Cometió errores, sí, pero los enfrentó con huevos, sin esconderse tras privilegios.

Lady Racista no vino desde un pedestal de fresitud. Su lucha es la de miles que viven al filo, sin privilegios, y que aún así se plantan, defienden lo suyo y no se arrugan. Por eso, aunque a veces no comparta sus formas ni sus palabras, le reconozco esa humanidad y coraje.

En cambio, la señora del video borrado, la del “bagatelle”, exhibe a un mexicano trabajador desde la comodidad y la soberbia. Con toda serenidad y sin perder los estribos en ningún momento. En cambio tanto ella como sus amigas ponen cara de sorprendidas e indignadas: “¡que por que tenian que cerrar a la 1 am!”

Así, sin agobios reales, solo un profundo desprecio disfrazado profunda de indignación. Esa actitud, tan sutil como dañina, lastima más que un grito o un insulto y de forma mucho más profunda.

Así que sí, Lady Racista perdió la compostura, pero al menos lo hizo con el alma desnuda y la frente en alto. La otra y sus amigas, ni idea de lo que es eso.

Porque en tiempos donde la empatía escasea, yo prefiero respetar a quien se agobia pero da la cara, se arrepiente y se disculpa con verdad y paga las consecuencias, antes que a quien se refugia en su privilegio para humillar. Por que su vídeo de despedida y disculpas, muestra exactamente la misma forma de actuar que en sus otros vídeos de su cuenta de Instagram. Una forma totalmente divergente entre “la presentadora” y su persona real en estado natural a la salida de un restaurante con sus amigas.


La torpeza que alimenta la política de odio

A veces parece que quienes más enardecen y polarizan el debate no tienen un plan maestro ni reciben un pago directo por ello. Más bien actúan con una torpeza estratégica que genera consecuencias mucho mayores de las que imaginan. Como si tiraran un ladrillo sin medir a quién dañan, y terminan rompiendo ventanas que ni siquiera eran su objetivo inicial.

Esta falta de coordinación y visión profunda hace que la dinámica de odio y división social se retroalimente, creando un círculo vicioso donde nadie gana, excepto los que saben capitalizar el desgaste social.

Así, personajes como Claudia Mollinedo —que se han vuelto símbolos de esa torpeza incendiaria— contribuyen involuntariamente pero gracias a su profunda torpeza a fortalecer a aquellos a quienes dicen combatir. Y mientras tanto, el país sigue dividido y sin soluciones reales.

Espadachín, Pendenciero y Cocina de Autor

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