pancho cespedes amlo

La expresión de sentirse incomprendido

Amar a Cuba es como amarse así mismo, como quien ama a un hermano.

Tanta historia común como la que tienen las personas de un mismo pueblo, de un mismo barrio. Gente que comparte sangre, cultura, tradiciones y en donde las barreras y pasaportes nunca fueron interpuestas por nosotros. No era ese ni el plan ni la vocación hispana.

Sentir afección por aquello que ha llevado a nuestros hermanos cubanos a las lágrimas, a la tragedia, separaciones familiares, a no tener esperanza de futuro e incluso a la muerte no es amar a Cuba ni a los cubanos, tampoco es tener demasiados recursos mentales, esos que se necesitan para tener un contexto real de las cosas y solo entonces poder actuar en consecuencia, en favor de la verdadera paz y de la verdadera armonía.

No se puede amar a unos y odiar a otros, por que entonces no se tiene amor…

 

Es verdad que tenemos problemas comunes, seguramente un enemigo común, pero definitivamente una cosa no quita la otra.

Aun teniendo problemas comunes con soluciones diferentes, las disponibles en cada caso. No fue sino la cobardía de no haber prestado ayuda como se debe. Sin embargo nunca es tarde.

Elegir entre un mal por tal de enfrentar otro mal es cortedad. Cortedad de todo no solo de amor, lo es de inteligencia incluída la emocional, de empatía, de juicio entre otras cosas y por lo tanto de categoría.

Categoría y capacidad para resolver o acaso ir suavizando un problema tan viejo como doloroso.

Capacidad para comprender el contexto de las palabras de un hombre que se ha sentido traicionado por hombres supuestamente libres, que ni siquiera saben discernir cuando un hombre de verdad habla por simple impotencia.

Pero donde no hay no hay… todo lo contrario.