Se cuenta que una despistada mosca, pero muy llena de ínfulas no perdía ocasión de decirle al buey; “estamos arando…”
No se puede negar si lo que se intenta es hacer broma, que la mosca definitivamente “tiene la actitud”.
Sin embargo cuando esta no se sustenta en absolutamente nada es inevitable que termine causando lástima. Esto por que ante tal afirmación los ojos de todo el mundo no hacen más que fijarse en su pequeñez e impotencia con aún más atención, si cabe.
Preocupada Europa por su “pérdida de influencia y hegemonía en el mundo junto con los Estados Unidos de América”, recientemente hemos escuchado a algunas personalidades de la política europea mostrar su desconcierto no sin aportar algunas ideas, obteniendo como resultado ideas desconcertantes.
Como cuando el canciller alemán Olaf Scholz afirmaba que Alemania debía regresar a América…
El término “regresar” se utiliza para volver a un sitio en el que se ha estado antes, claro que esto solo si lo que se quiere es hablar con propiedad. Sin embargo esto más que ganas de influenciar a nadie, parece más una patada de ahogado, o mejor dicho lo es en toda regla.
No olvidemos que Alemania es un territorio vencido y ocupado desde el final de la guerra, en 1945. Es un “Estado” que no tiene una Constitución propia y que solo se puede ocupar con cierta soberanía de sus “asuntos internos”.
Cayó el muro sí… pero solo de un lado… Mucho falta para que Alemania deje de ser un buen ejemplo, una buena definición del significado de la palabra provincia: territorio conquistado y sometido a la jurisdicción de un Imperio.
Además, Alemania es el motor de Europa, un motor que ha caído en recesión… ¿Qué es Europa entonces?
¿Qué clases de moscas son el resto de los países que afirman y se ilusionan con que América Latina está llena de recursos para explotar?
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