La Torre de Belém es un monumento icónico de Portugal que se encuentra en la ciudad de Lisboa, en la desembocadura del río Tajo.
La Torre de Belém fue construida en el siglo XVI por orden del rey portugués Manuel I, como una fortificación para proteger el puerto de la ciudad de Lisboa y para servir como símbolo de la grandeza y poderío de Portugal durante la era de los descubrimientos.
En esa época, Portugal estaba en la cima de su poder y su flota de navegación había llevado a cabo importantes expediciones que habían llevado al descubrimiento de nuevas rutas comerciales y territorios.
La construcción de la Torre de Belém fue parte de un programa más amplio de fortificación del puerto de Lisboa, que incluyó la construcción de otras estructuras defensivas como el Fuerte de São Sebastião da Caparica y el Fuerte de São Lourenço de Bugio.
La torre fue diseñada para controlar la entrada del río Tajo y para proteger la ciudad de los ataques de piratas y enemigos extranjeros.
En 1580, la torre fue ocupada por tropas españolas durante la Guerra de Sucesión Portuguesa, y posteriormente fue utilizada como cuartel militar.
En el siglo XVII, la Torre de Belém fue utilizada como prisión para los presos políticos y los prisioneros de guerra.
Durante la invasión francesa de Portugal en 1807, la Torre de Belém fue utilizada como batería defensiva contra las tropas francesas, y su guarnición logró resistir varios días antes de rendirse ante el ejército invasor.
Después en la Primera Guerra Mundial, la torre fue utilizada como puesto de observación y defensa contra los submarinos alemanes en la desembocadura del río Tajo.
Con el tiempo, la Torre de Belém se ha convertido en un símbolo importante de la historia y la cultura portuguesa, y es uno de los monumentos más visitados de Portugal.
La Torre de Belém es un impresionante ejemplo de arquitectura manuelina, un estilo que se caracteriza por el uso de motivos náuticos y simbólicos, como los escudos de armas y las cadenas, que hacen referencia a la navegación y la exploración.
Además de su importancia histórica, la Torre de Belém es también un lugar popular para los turistas que visitan Lisboa, y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Los visitantes pueden subir a la torre y explorar sus varios niveles, disfrutar de las vistas panorámicas de la ciudad y el río, y aprender más sobre la rica historia de Portugal.
La arquitectura manuelina
La arquitectura manuelina es un estilo arquitectónico que se desarrolló en Portugal durante el reinado de Manuel I, que gobernó entre 1495 y 1521.
Este estilo se caracteriza por una decoración rica y elaborada, que incorpora elementos de la naturaleza y de la exploración marítima.
La arquitectura manuelina es una mezcla de elementos góticos tardíos, renacentistas y mudéjares, y se caracteriza por el uso de motivos náuticos y simbólicos, como las esferas armilares, las carabelas, las cadenas y las conchas.
Estos motivos se utilizan para representar la relación de Portugal con el mar y su papel en la era de los descubrimientos.
La arquitectura manuelina también se caracteriza por el uso de detalles ornamentales elaborados y por la técnica de “tallado a capricho”, que consiste en la creación de elementos decorativos que no tienen una función estructural, pero que añaden belleza y complejidad a las fachadas.