Marcelino viene a la memoria el 10 de mayo
En un diálogo que con toda seguridad no solo no es ficticio, sino que se da una y otra vez con cualquiera que quiera corresponder a las palabras de Jesus.
Jesús: Estas muy callado. ¿Que piensas ahora Marcelino?
Marcelino: ¿Que dónde estará tu Madre ahora?
Jesús: Con la tuya.
Marcelino: ¿Y cómo son? ¿Qué hacen las madres?
Jesús: Dar, Marcelino, siempre dar.
Marcelino: ¿Y que dan?
Jesús: Dan todo. Se dan así mismas, dan a los hijos sus vidas y la luz de sus ojos, hasta quedarse viejas y arrugadas.
Marcelino: ¿Y feas?
Jesús: Feas, no, Marcelino. Las madres nunca son feas.
Marcelino: ¿Y tú, quieres mucho a tu madre?
Jesús: Con todo mi corazón.
Marcelino: Y yo, a la mía, más!
Fragmento de Marcelino, Pan y Vino.
El día de la abnegación, el día del amor puro, el día de darlo todo. Marcelino aun no teniendo la oportunidad de corresponder de forma directa, sin duda siempre honraba a su madre, como está mandado, por que son Mandamientos de Amor.
Es por eso que Marcelino la amaba… y el amor no dura un día especial, ni una semana ni un año, pero ¿es posible el amor sin correspondencia? Sin duda no sería amor.
El amor sin respeto no es amor. En cambio el amor duele cuando ya no cabe en el corazón, es por eso que Teresa de Calcuta sin ser madre de nadie pero si madre de muchos… sentenciaba; “Ama hasta que duela” Y lo hacía poniendo el ejemplo.
¿De dónde pues viene ese amor que duele? ¿Ese que es verdadero? ¿Ese que da la vida por sus hijos… y no al revés?