moctezuma-hernan-cortes

Moctezuma II diáologos

Moctezuma Xocoyotzin Y Hernán Cortés

Cuando ambas partes buscan la verdad es cuando se puede llegar a un acuerdo.

Este es un ingrediente indispensable sine qua non existe posibilidad alguna de progreso en ninguno de los sentidos, ni en el simple diálogo que es donde todo comienza, ni por lo tanto en todo lo demás.

En general el que nos procuremos poco o nada de silencio para pensar, para meditar y por tanto tener una percepción mas clara y práctica de la realidad, hace que veamos los hechos históricos como si de un partido de fútbol se tratara.

Es así como se suele pensar que las cosas son de un día para otro y casi siempre fruto de la casualidad.

Pero Roma no se hizo en un día…

Ni se destruyó tampoco en un día…

Probablemente lo segundo tomó más tiempo, al punto que más que destrucción fue una transformación paulatina. Una transformación en donde los invasores antes tuvieron que latinizarse hasta el nombre e incluso bautizarse ya en esos tiempos que corrían.

Por más que los auto-nombrados expertos y académicos puedan o no estar de acuerdo, incluso más o menos, en esto sí en esto no…

Es decir, según le acomode a cada quien…

Que total…

La historia es como la moda, ¿no es cierto?

Es por eso que no se puede dialogar…

Pero ni falta que hace…

Basta ver los resultados, para tener una idea muchas veces clara y precisa de por donde iban los diálogos y las verdaderas intenciones de los interlocutores.

Los resultados de esos diálogos que hubo entre el emperador azteca Moctezuma Xocoyotzin y Hernán Cortés, y que sin duda fueron largos y extensos pero sobre todo con sustancia, a la vista están.

Todo terminó para volver a comenzar con un Moctezuma Xocoyotzin bautizado e integrado en la naciente sociedad  de las españas.

Bien se puede decir que se trató del primero “pacto por México” con la diferencia de que a juzgar por los resultados, ambos buscaron la verdad.

Enorme diferencia.

Una verdad que a Moctezuma le costó la vida, y a los hijos de Cortés estuvo a punto de costárselas también.

A Cortés le llovió un saco de problemas que bien y como pudo, lidió con ellos.

Un “pacto por México” y por los mexicanos, en donde de entrada tuvieron que dejarse de preocupar de ser sacrificados a los “dioses” de la guerra… que vaya usted a saber quienes serán esos “dioses”…

No resulta nada difícil comprender, si se quiere… que la suerte de todos estaba en la mente y en el actuar de Moctezuma, por más que durante siglos se quiera minimizar su poder como sin con un par de arcabuces se pudiera derrotar a un imperio como el azteca.

En todo caso podrían decir que no eran machos, pero en ninguno que no eran muchos…

Y en donde como siempre, las mujeres tuvieron mucho que ver… a veces resultan decisivas como un día quedó de manifiesto en el caso de Isabel de Castilla por un lado y de la Princesa Papatzin por el otro…

Bien pudo darse un escenario en donde Cortés y sus hombres fueran los próximos sacrificados, o bien pudo darse un escenario de verdadera y sangrientísima contienda.

Pero no fue así.

Moctezuma tomó partido, y muchos le siguieron.

Es por eso que para muchos es un héroe y para otros un cobarde traidor.

Es aquí donde llegamos otra vez al punto de siempre…

¿Existe un diálogo posible entre esos muchos y esos otros?

No.

Si ambos buscaran la verdad, ni siquiera habría que ponerse de acuerdo en nada… la verdad no es “democrática”.

Ni requiere de consenso.

Ni es verdad que un imperio cae con cuatro tiros aun fueran de AK-47, ni es verdad que los temibles y decisivos tlaxcaltecas estaban pintados, ni los que les acompañaban tampoco…

Fue más bien la voluntad de los nacientes mexicanos, Cortés incluido… la que tomó partido con todas las consecuencias que tomar partido suele acarrearnos…

Para bien y para mal.

Tampoco es verdad que muchos de los mexicanos descienden de los aztecas, sino de los pueblos que estos mismos oprimían y con ganas… aquí se da un poco algún tipo de variante del “síndrome de Estocolmo”.

Ni tampoco es verdad que los españoles actuales tienen vela en el entierro. Si de por sí es difícil tirar a un imperio con cuatro tiros, más aún lo es hacerlo desde el sofá…

Los que si acaso la tendrían hace siglos que son mexicanos, pero tampoco…

En cambio quienes si tuvieron cada uno y cada cual su velita en el entierro, ya están juzgados de Dios.

Para bien y para mal…

Incríblemente hoy en día, unos exigen disculpas, hecho que de por sí ya es penoso y lamentable…

Y otros se la creen, cosa que ya de por sí supera los límites de la pena y la lamentación…

Eso si es actual.

Y es justo en ese punto en donde cada quien debe tomar partido en lugar de intentar adornarse con plumas tan ajenas como pasadas…

Por que es en esa decisión en donde se decidirá el futuro personal de cada quien.

Los verdaderos bandos son como siempre, lo que es verdad y lo que no…

 

[asa]B0CWDGL2HQ[/asa]