Impuestos a las remesas de los migrantes
Desde el punto de vista del capitalismo… cuando tu dios es el dinero y como su mismo nombre lo indica, el capital es lo único que importa.
Lo demás no.
Y cuando desde ese mismo punto de vista se intenta compensar con valor real, una balanza comercial desequilibrada por un valor que no es real…
Cuando un valor simplemente impreso debe estar respaldado por un valor real de trabajo, es cuando se vuelve necesario tomar ese valor de donde sea y de la forma que sea…
Incluso robando a los más necesitados.
Y también ¿por qué no? explotando a quienes ya son explotados.
Se les quita valor a su dinero que ya fue gravado en el país donde se generó. Imponer un nuevo impuesto al enviarlo a su país de origen, es simplemente doble tributación, lo cual es inherentemente injusto.
Se castiga a quienes se rompen el lomo lejos de casa, ganando poco y enviando mucho.
Ese dinero ya de por sí es más limpio que la nieve…
incluso a veces lo es aún más, lavado con las propias lágrimas tanto de quien lo envía como de quien lo recibe.
“No es mucho, pero todo suma”, piensan los arquitectos de un sistema financiero que ha perdido su sustento, y al que finalmente se le ha visto el plumero.
Aunque el problema no es que ellos lo oculten…
sino que los demás no lo quieren ver.
No quieren ver que la única forma planteada de convertir a “américa great again” es la misma forma de siempre…
Robando.
Desde Groenlandia hasta el migrante más humilde…
Todo debe estar en mis manos, dice Donald Trump.
Pero también lo dicen y lo suscriben, también se hacen partícipes del infame latrocinio cuantos están de acuerdo y no al menos levantan la mano para desmarcarse.
Y cuando digo Donald Trump me refiero al presidente de turno, porque además, quienes le siguen y suscriben sus palabras mediante su apoyo o indiferencia, son los mismos de siempre.
Los que creen que es un derecho social vivir sin trabajar…
pero esto, por supuesto, siempre es a costa de los demás.
Los que piensan que el llamado “estado de bienestar” es una condición de ciudadanía y no de estar sembrando el terror en otros países para llevar el botín a casa.
Pero una cosa olvidan…
O más bien no quieren recordar, y es que…
Las lágrimas de esos pobres claman al cielo, y eso está escrito.
De modo que con estas acciones lo único que será más grande para “américa”…
Es el castigo.

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