aeropuerto texcoco

Privados sin iniciativa

Un común denominador que históricamente han tenido siempre los usureros, es su aversión a la justicia.

Siempre a través de los años han buscado actuar con ventaja sobre sus semejantes, sobre sus hermanos. Esta forma de robar es la peor de todas, por que no solo conlleva el nivel máximo de mala fe, sino además engaño o necesidad. Y salvo en “El Mercader de Venecia”, no tiene defensa.

Condenada en todas las culturas de la antigüedad debido a su desproporcionalidad y uso de la fuerza exponencial, pero avalada hoy en día por las Instituciones de Regulación Bancarias de turno y por lo tanto por los gobiernos enteros, es también la única forma de robar que tiene la capacidad travestirse no solo de legalidad, sino de iniciativa privada. Ensuciando esta tan necesaria para la creación de empleos, y tanto garante como indicador de un pleno estado de derecho y bienestar. Estos avales cómplices amenazan, aunque ya en su fase final nuestra libertad y democracia.

Tradicionalmente incapaces de inventar nada, en cambio de robar cualquier idea, cualquier proyecto, incluso cualquier realidad. Son infinitamente creativos para inventar nuevas formas de usura vestidas y revestidas de lo que haga falta. Sin embargo si tiramos un poco el velo, siempre llegaremos al mismo punto; yo tomo todo el dinero, y tu todos los riesgos…

Llevamos ya un buen tiempo escuchando sobre la necesidad de construir otro aeropuerto. De pronto resultó que les necesitamos para hacer un aeropuerto, o más bien muchos de ellos… les necesitamos para tener nuestra propia infrastruqtur, nuestras propias líneas de teléfono, nuestras propias autopistas, puentes y carreteras, para explotar nuestros propios recursos y por supuesto financiados con nuestro propio dinero. ¿Y el riesgo? Por su puesto también es nuestro, siempre y en todas las formas, pase lo que pase. Sea que los proyectos salgan bien, mal o regular, ya sea que a tiempo o a deshora, tanto el riesgo como las penalizaciones que tan mala fortuna pudiera acarrearnos, estas también son nuestras, lo único que no son nuestras son las ganancias, esas son de ellos, de la iniciativa privada…

¿Dónde esta entonces la iniciativa? ¿Dónde está su propio dinero para invertir o bien su propio riesgo como cualquier pyme? De lo privado ni hablar, pero es que ni siquiera iniciativa tienen. No inventan nada, no sorprenden a nadie en el buen término de la palabra, no son innovadores, ni siquiera mejoran lo existente. Lo único de hacer notar es su capacidad de asociación.

Es de dominio público que desde hace años, desde hace décadas estas uniones, debido a su codicia e inventiva, no han hecho mas que engrosar las deudas soberanas de los países. Lo peor es que no solo eso, sino que es el principal causante de la inseguridad social dado las enorme brechas de desigualdad que se crean con estas acciones. En un escenario injusto y de desventaja, el dinero no tarda mucho en volver a las manos del usurero, muy poco…

No hay duda de que es algo que no debe continuar, ¿pero cuál es el remedio que se está planteando?

Al parecer, la pérdida de libertades y garantías, individuales y colectivas, por que el momento en que caen las tareas y responsabilidades propias de la iniciativa privada en un gobierno, ¿qué le queda  a esta? ¿a la verdadera iniciativa privada?