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Red Bull te corta las alas

Desde siempre una cosa es decir y la otra llevar a cabo.

Formas de cortar las alas hay muchas y muy variadas, para todos los gustos. Sobre todo esos gustos que disfrutan con las palabras agrias y llenas de amargura de Helmut Marko con las que Checo Pérez ha tenido que lidiar desde que llegó a la escudería de Milton Keynes. Quien si el legendario Nelson Piquet no puede pisar un paddock además de haber tenido que pagar una cuantiosa multa desde aquel “negrinho” dirigido al siete veces campeón Lewis Hamilton, Marko debería tener prohibido el acceso hasta a los go-karts.

En cualquier empresa seria o no tanto, eso se llama “bullying”, en este caso “red bullying” que lo mismo da por que es exactamente con lo que ha tenido que lidiar el piloto mexicano en un oficio que ya de por sí no es nada fácil y que seguro tanto en Austria, país de origen tanto de la escudería como del “Dr” Marko supondría castigo inmediato y ejemplar, como aquel castigo desproporcionado contra Jüri Vips, aquel joven piloto que terminó prácticamente con su carrera por una expulsión inmediata por parte del mismo Red Bull.

Entonces una cosa queda clara, los castigos y reprimendas dependen de quien se lo diga a quien.

De la misma forma queda más que claro que, depende quien conducirá un RB19 y depende quien conducirá un RB19B.

Un RB19 al que los Ferrari no pueden dar alcance, y otro RB19, el B, el que lleva Checho Pérez el que no puede dar alcance a los Ferrari en el GP de Canada de este Domingo.

Fin del problema que se planteaba a inicios de la temporada 2023, en donde se temía un fuerte duelo entre los dos pilotos de Red Bull y en donde Helmut Marko tenía que exponer fuertemente su mezquindad y favoritismo a favor del neerlandés Max Verstappen.

Ahora el doctor en Derecho Helmut Marko ya hasta puede darse el lujo de ser amable y justificar al piloto mexicano sin necesidad de expresar tanta acritud. Esa que ha reventado a unos cuantos pilotos antes de la llegada de Pérez a la escudería.

Solo hacía falta el RB19B, hermano de los infames Alpha Tauri, pero también hacía falta que el neerlandés dejara de lloriquear en cada carrera de principio a fin, desde los libres hasta la última vuelta de cada Gran Premio por que su compañero de equipo no le ayudaba a conseguir el triunfo como él merecía y necesitaba.

Todo llega con la madurez, pero si Red Bull hubiera desde el principio, es decir desde tiempos de Ricciardo contratado a un camión materialista que fuera estorbando a toda la parrilla como compañero de equipo de Max Verstappen, muchos disgustos nos hubiéramos ahorrado, y el mismo Max se habría sentido más cómodo desde el principio.